sábado, 18 de junio de 2011

La Decada de los sesenta en el Peru y el mundo

La década de los 60 fue convulsa, creativa, ingenua, divertida, trágica, trascendental y liberadora. Marcó el momento actual, iniciando procesos históricos y líneas creativas que aún siguen vivas. Fue
En los 60 se cierran heridas históricas como la Descolonización Africana y se abren otras: Estados Unidos y Rusia, se retan en una carrera hacia el dominio del mundo y del espacio, que se transforma en una “guerra fría” con llamadas al “teléfono rojo”.
La mujer también lo hace y proclama su liberación con la mini-falda, el bikini y el activismo de género. Algunos países legalizan el uso de la píldora anticonceptiva y el aborto
Cuba, inicia su resistencia a los EE. UU, respaldada por Rusia. Y Kennedy es asesinado
La juventud protesta ante tanta fuerza armada con el grito de paz y amor, con el movimiento Hippie. En París, los jóvenes se revelan en mayo del 68 y todo el país se pone en huelga. Una revolución que fracasará también esa primavera en Praga. La iglesia, responde con la convocatoria del Concilio Vaticano II (con el Papa Juan XXIII) para modernizar y acercar la institución al pueblo
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Perú, 1960-2000: políticas económicas y sociales en entornos cambiantes
Escrito por Carlos Parodi Trece




La Decada de los sesenta Estados Unidos y la Union Sovietica

Durante la década de 1960 los Estados Unidos protagonizaron algunos de los más relevantes acontecimientos que conmovieron al mundo durante estos años. esta década comienza en los EEUU con la crisis de los misiles cubanos, producto de la instalación soviética de plataformas lanza misiles en territorio cubano, lo que representó para la Casa Blanca una amenaza nuclear sin precedentes en la historia. Es ese momento el mundo se arriesgaba a comenzar la tercera guerra mundial, por cuanto la avanzada comunista sobre el continente americano parecía inminente y por ende peligrosa para el "guardián de la democracia" (EEUU).
Esta crisis junto a las pruebas nucleares que realizaron varias potencias mundiales, condujo a la firma del tratado de Convivencia Pacífica entre EEUU y URSS en virtud de las pruebas y demostraciones de poder de las cuales eran por una parte, protagonistas y por otra espectadores.
Cuba comenzó a exportar la revolución comunista al resto de los países latinoamericanos con el apoyo económico y político de la URSS, lo cual representaba una agresión al sistema democrático-capitalista pregonado, difundido y hasta impuesto por los EUA en el resto de los países latinoamericanos.
Todo ello derivó, por una parte, en la creación de la mítica línea directa telefónica entre la Casa Blanca y el Kremlin (Teléfono Rojo), como una forma de "corregir" cualquier equivocado ataque nuclear, y por otra parte en la firma del tratado de convivencia pacífica, antes mencionado, y el lanzamiento de la Alianza para el Progreso, como una institución para proveer ayuda a los países en vías de desarrollo latinoamericanos. De esta manera, comenzaba una las décadas más turbulentas en la historia de la humanidad.
En los EEUU producto del incremento de los ingresos percápitas de sus habitantes, el capitalismo pasó del auge de la producción al del consumo, ante lo que muchos jóvenes se rebelaron, quienes además se sentían agredidos por el comienzo de la conflagración bélica de la guerra del Vietnam. Todo ello, dio paso al nacimiento de uno de los más grandes movimientos juveniles de la historia: los Hippies, quienes eran la expresión de una sociedad capitalista en apogeo y que se desintegraba a grandes pasos.
Este movimiento juvenil optaba no por la transformación del mundo sino, por el aislamiento y la creación de un nuevo mundo alejados de la banalidad, la hipocresía y el consumo, para lo cual se hicieron de uno de los lemas que más ha perdurado en la memoria colectiva de esa nación y que mejor representaba su sentimiento de ahogo "Haz el amor y no la guerra" .
Entre marihuana, alcohol, meditación y atuendos que contenían símbolos representativos de la cultura hindú, oriental y hasta árabe, los hippies representaron un sector moderno de la contracultura de resistencia del sistema capitalista estadounidense.
Todo este movimiento se enlazaba a su vez con la defensa de los derechos de la mujer y en general con la liberación femenina que para esa década logró grandes avances. Fue una época de cuestionamientos que daban al traste con ideas tradicionales sobre la sumisión de la mujer y del sexo a los preceptos conservadores mantenidos hasta ese entonces. Así, se comenzó a pregonar y practicar el derecho al aborto, a la igualdad femenina y la liberación sexual, colocando en entredicho instituciones sociales como el matrimonio, la familia y hasta la propiedad privada.
Se crearon un conjunto de movimientos negros que luchaban con violencia y sin ella por la igualdad racial. Así Martín Luther King un reverendo protestante impulsó la lucha no violenta por la igualdad, protagonizando éste un acontecimiento que sólo sería el primero de ellos en la lucha por la conquista de la igualdad, cuando logró promover y liderizar una huelga de más de un año contra el transporte público, producto de la discriminación racial negra, la cual se evidenció cuando una mujer negra se negó a ceder su asiento en el autobús a un hombre blanco.
Esta protesta terminó cuando se promulgó una de las primeras leyes antirracistas, a través de la cual se prohibía la discriminación racial en el transporte público.
Paralelamente a este movimiento liderizado por Martín Luther King, se desarrollaron otros dos movimientos negros, uno cuyo fundador fue Malcom X, quien creó un grupo de negros musulmanes que representaban la rebelión religiosa que debería acompañar cualquier intento de liberación racial, y otro grupo representado por los Panteras Negras quienes sostenían, a diferencia de los dos movimientos antes mencionados, que la liberación negra no podrá hacerse por los medios utilizados por el sistema, así propugnaban por la lucha en armas contra los opresores.
Estos tres movimientos protagonizaron durante los años 60’ fuertes manifestaciones, protestas y revueltas entre las cuales destaca como una de las más agresivas la toma del parlamento estadal por parte de los Panteras Negras en el estado de California.
Sin embargo, no sólo protagonizaron activamente acontecimientos estremecedores sino, también fueron protagonistas pasivos de otros no menos conmovedores como los asesinatos de Martín Luther King y de Malcom X.
Además de estos movimientos y acontecimientos durante la década del 60’, la sociedad estadounidense se estremeció ante el auge y surgimiento de expresiones artísticas de los sentimientos que prevalecían en la juventud de esos años. Así, el Rock And Roll cobró su mayor fuerza a través de la historia, de la mano de sus mayores exponentes como los Beatles y los Rolling Stones, aunado a las corrientes pictóricas, musicales y literarias surrealistas.
Por último, cabe destacar el asesinato de Kennedy en Dallas, Texas a finales de la década, hecho éste que conmocionó a la sociedad y al sistema político estadounidense.

Carrera Espacial




El lanzamiento del Sputnik 1 marcó el inicio de la carrera espacial. El cohete que lo puso en órbita era una versión modificada de un misil ICBM
La carrera espacial se puede definir como una subdivisión del conflicto no declarado entre Estados Unidos y la Unión Soviética en el ámbito espacial. En 1957, los rusos lanzaron el Sputnik, primer artefacto humano capaz de alcanzar el espacio y orbitar el Planeta. En Noviembre de ese mismo año, los rusos lanzan el Sputnik II, y dentro de la nave, el primer ser vivo sale al espacio: una perra Kudriavka, de nombre Laika, que murió a las 7 horas de salir de la atmosfera.
Tras las misiones Sputnik, los Estados Unidos entraron en la carrera lanzando el Explorer I en 1958, pero la Unión Soviética consigue dar un paso gigantesco, al conseguir lanzar en 1961 la nave Vostok 1, tripulada por Yuri Gagarin, el primer ser humano en ir al espacio y regresar sano y salvo.
Fue entonces cuando la rivalidad aumentó hasta tal punto que el propio presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, prometió enviar estadounidenses a la Luna antes del fin de la década. Los soviéticos se dispusieron a vencer a los estadounidenses: las misiones Zond debían llevar humanos para orbitar la Luna, pero debido a fallos técnicos sólo consiguieron enviar misiones no tripuladas: Zond 5 y Zond 6 en 1968. Los Estados Unidos, por su parte, consiguieron enviar la misión tripulada Apolo 8, en la Navidad de 1968.
El próximo paso sería posarse en la superficie de la Luna. La misión Apolo 11 consiguió realizar con éxito su tarea y Amstrong y Edwin Aldrin se convirtieron así en los primeros humanos en caminar sobre otro cuerpo celeste. Más tarde vendrían las misiones Apolo 12, 14, 15, 16 y 17 que repitieron la hazaña, llevando hasta un total de 12 personas hasta la superficie lunar hasta que en 1972, con el Apolo 17, el proyecto se dio por finalizado por falta de presupuesto; las misiones inicialmente previstas Apolo 18, 19 y 20 fueron canceladas.

Crisis de los misiles de Cuba



Las fotografías tomadas por los aviones U-2 demostraron la construcción de silos soviéticos en suelo cubano
Al triunfar la Revolución cubana en 1959, se da un verdadero giro en la historia de América Latina, pues el naciente proceso de nacionalizaciones y reforma agraria afecta gravemente los intereses estadounidenses en la isla que se habían asegurado con la Enmienda Platt en 1902, esto conduce a fuertes roces entre Cuba y Estados Unidos que desencadenan en la ruptura de relaciones diplomáticas y a la expulsión de Cuba de la OEA, debido al aislamiento del resto del hemisferio y el bloqueo económico, el país se convierte en un fuerte aliado de la URSS y el resto del bloque comunista, convirtiéndose posteriormente en miembro del COMECON. Esta crisis llevó al mundo al borde de la guerra nuclear. Después del fracasado intento de invasión de la Bahía de Cochinos en abril de 1961. En 1962, la Unión Soviética fue descubierta construyendo 40 silos nucleares en Cuba. Según Jrushchov, la medida era puramente defensiva, para evitar que los Estados Unidos intentaran una nueva embestida contra los cubanos. Por otro lado, era sabido que los soviéticos querían realmente responder ante la instalación estadounidense de misiles Júpiter II en la ciudad de Esmirna, Turquía, que podrían ser usados para bombardear el sudoeste soviético.
Jrushchov envió navíos de carga y submarinos transportando armas atómicas hacia Cuba. Un avión espía descubrió las rampas de lanzamiento, y Estados Unidos ordenó el envío de navíos hacia Cuba.
El 22 de octubre de 1962, Estados Unidos interceptó los transportes soviéticos y ordenó cuarentena a la isla, posicionando navíos militares en el Mar Caribe y cerrando los contactos marítimos entre la Unión Soviética y Cuba. Kennedy dirigió un ultimátum a la URSS: demandó a la URSS que detuviera esos navíos bajo amenaza de emprender represalias masivas. Los soviéticos argumentaron que no entendían por qué Kennedy tomaba esta medida cuando varios misiles estadounidenses estaban instalados en territorios de países miembros de la OTAN contra los soviéticos, en distancias idénticas. Fidel Castro adujo que no había nada de ilegal en instalar misiles soviéticos en su territorio, y el primer ministro británico Harold Macmillan dijo no haber entendido por qué no fue propuesta siquiera la hipótesis de un acuerdo diplomático.
El 23 y 24 de octubre Jrushchov habría enviado mensaje a Kennedy, informando de sus intenciones pacíficas. El 26 de octubre informó que retiraría sus misiles de Cuba si Washington se comprometía a no invadir Cuba. Al día siguiente, pidió además la retirada de los misiles balísticos Júpiter de Turquía. Dos aviones espía estadounidenses U-2 fueron derribados en Cuba y Siberia el 27 de octubre, justo en el ápice de la crisis. Ese mismo día, los navíos mercantes soviéticos habían llegado al Caribe y trataban de atravesar el bloqueo. El 28 de octubre, Kennedy fue obligado a ceder a las peticiones y aceptó retirar los misiles de Turquía y no agredir a Cuba. Así, Nikita Jrushchov retiró sus misiles nucleares de la isla cubana.
Esta crisis dio nacimiento a un nuevo periodo: la distensión, señalada por la puesta en marcha del teléfono rojo -en realidad blanco-, línea directa entre Moscú y Washington, que aligeraría las comunicaciones en caso de otra crisis.

La Détente (1962-1979)



En el transcurso de las décadas de 1960 y 1970, las superpotencias tuvieron que gestionar un nuevo modelo de geopolítica, en el que el mundo dejó de estar claramente dividido en dos bloques antagónicos. Europa y Japón se recuperaron rápidamente de la destrucción de la II Guerra Mundial y su renta per cápita se acercaban a la de Estados Unidos. Mientras tanto, la economía del Bloque del Este entraba en un ciclo de estancamiento económico.
A su vez, el Tercer Mundo conseguía alinearse como bloque independiente a través de organizaciones como el Movimiento de Países No Alineados y demostraron su fuerza de negociación con el papel fundamental que tuvo la OPEP durante la Crisis del petróleo de 1973
En la URSS, la gestión del los problemas económicos internos apartó la necesidad de extender la influencia soviética en el orden mundial.41 Como consecuencia, líderes soviéticos como Alexey Kosygin y el propio Leonid Brezhnev apostaron por una relajación en las relaciones internacionales abriendo un nuevo período conocido como la distensión o détente

Décadas de cambio: 1960-1980 Proyecto Salón Hogar



"He soñado que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los ex esclavos y los hijos de los que fueron amos de esclavos se podrán sentar juntos a la mesa de la fraternidad".
-- Martin Luther King Jr., 1963
En 1960, Estados Unidos estaba al borde de un importante cambio social. La sociedad del país siempre había sido más abierta y fluida que la de la mayoría de las naciones del mundo. Sin embargo, había estado dominada ante todo por varones blancos chapados a la antigua. En los años 60, empezaron a autoafirmarse con mayor fuerza y éxito algunos grupos que habían estado inhibidos o subordinados: los afro-estadounidenses, los estadounidenses nativos, las mujeres, los descendientes étnicos blancos de la "nueva inmigración" y los latinos. Gran parte del apoyo que recibieron provino de una población joven, más numerosa que nunca, usuaria de un sistema de escuelas superiores y universidades que se expandía a un ritmo sin precedente. Afiliados a menudo a estilos de vida "contraculturales" y a la política radical, muchos descendientes de la generación de la Segunda Guerra Mundial se perfilaron como impulsores de un nuevo Estados Unidos caracterizado por un pluralismo cultural y étnico que sus padres solían ver con zozobra

EL MOVIMIENTO DE LOS DERECHOS CIVILES DE 1960 A 1980



La lucha de los afro-estadounidenses por la igualdad llegó a su clímax a mediados de la década de 1960. Después de varias victorias graduales en la década anterior, los afro-estadounidenses se comprometieron aún más a fondo con la acción directa no violenta. Algunos grupos, como la Conferencia del Liderazgo Cristiano del Sur (SCLC por sus siglas en inglés) formado por sacerdotes afro-estadounidenses, y el Comité Estudiantil de Coordinación de la No Violencia (SNCC) integrado por activistas más jóvenes, pugnaron por la reforma mediante la confrontación pacífica.
En 1960 algunos estudiantes de educación superior afro-estadounidenses organizaron un plantón en un restaurante segregado de Woolworth, en Carolina del Norte, y se negaron a retirarse del lugar. El plantón atrajo la atención de los medios y dio lugar a otras manifestaciones similares en todo el Sur. Al año siguiente los trabajadores partidarios de los derechos civiles organizaron "giras de la libertad", en las que afro-estadounidenses y blancos viajaban juntos en autobuses hasta las terminales segregadas del Sur, dando lugar a confrontaciones que captaban el interés de los medios informativos y propiciaban el cambio.
Esos grupos organizaron también concentraciones, la mayor de las cuales fue la "Marcha a Washington" en 1963. Más de 200.000 personas se reunieron en la capital del país para manifestar su compromiso con la igualdad para todos. El momento culminante de una jornada de canciones y discursos llegó cuando tomó la palabra Martin Luther King Jr., quien se había perfilado como el principal vocero de los derechos civiles. "He soñado que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los ex esclavos y los hijos de los que fueron amos de esclavos se podrán sentar juntos a la mesa de la fraternidad", proclamó.
En sus inicios, los progresos del movimiento de los derechos civiles no estuvieron a la altura de su retórica. Al principio el presidente Kennedy no quiso presionar a los sureños blancos para que apoyaran los derechos civiles pues necesitaba sus votos para otros proyectos. Sin embargo, los acontecimientos impulsados por los propios afro-estadounidenses lo obligaron a actuar. En 1962, cuando a James Meredith se le negó la admisión a la Universidad de Mississippi a causa de su raza, Kennedy envió tropa federal para imponer el cumplimiento de la ley. Cuando las protestas contra la segregación fueron recibidas con violencia por la policía en Birmingham, Alabama, envió al Congreso un nuevo proyecto de ley de derechos civiles donde se imponía la integración obligatoria en los lugares públicos. A pesar de todo, ni la "Marcha a Washington" fue capaz de agilizar la aprobación de esa medida por un comité del Congreso donde aún seguía empantanada en 1963, cuando Kennedy fue asesinado.
El presidente Lyndon B. Johnson tuvo más éxito. Haciendo gala de la habilidad negociadora que empleó tan a menudo en los años que fue líder de la mayoría en el Senado, Johnson convenció al Senado de que debía limitar las tácticas dilatorias que intentaban impedir la votación final sobre la amplia Ley de Derechos Civiles de 1964, por la cual se prohibió la discriminación en todos los alojamientos públicos. Al año siguiente, la Ley de Derechos de los Votantes de 1965 autorizó al gobierno federal para registrar a los votantes en los lugares donde los funcionarios locales negaran el registro a los afro-estadounidenses. En 1968, un millón de afro-estadounidenses se registraron en el extremo Sur y el número de funcionarios afro-estadounidenses elegidos en todo el país aumentó en forma sustancial. En 1968 el Congreso aprobó la legislación que prohibió la discriminación en la vivienda.
Sin embargo, una vez desatada, la revolución de los derechos civiles generó líderes impacientes tanto por el ritmo del cambio como por la meta de incorporar a los afro-estadounidenses en la corriente principal de la sociedad blanca. El elocuente activista Malcolm X fue el personaje más destacado que abogó por la separación entre los afro-estadounidenses y la raza blanca. Stokely Carmichael, un líder estudiantil, se desilusionó también por las ideas de no violencia y cooperación entre razas. Él popularizó la consigna del "poder negro" que debía ser conseguido "por todos los medios necesarios" según las palabras de Malcolm X.
La violencia acompañó las exhortaciones de los militantes a la reforma. En 1966 y 1967 estallaron desórdenes en varias ciudades grandes. En la primavera de 1968, Martin Luther King Jr. fue abatido por la bala de un asesino. Varios meses después el senador Robert Kennedy, que era vocero de los menos favorecidos, opositor de la Guerra de Vietnam y hermano del presidente asesinado, corrió la misma suerte. Para mucha gente, esos dos homicidios marcaron el final de una era de inocencia e idealismo. La creciente militancia de las izquierdas, aunada a la inevitable reacción de los conservadores, abrió una brecha en la mentalidad de la nación que tardaría años en cerrarse.
Para entonces un movimiento a favor de los derechos civiles que contaba con el apoyo de veredictos judiciales, leyes del Congreso y reglamentos administrativos federales ya se había entretejido irreversiblemente en la urdimbre de la vida estadounidense. La principal cuestión era cómo implementar los conceptos de igualdad y libre acceso, no decidir sobre la legalidad de la segregación o la privación del derecho de voto. Los debates de la década de 1970 y después giraron en torno a temas como el transporte de niños en autobuses fuera de sus respectivos barrios para lograr el equilibrio racial en las escuelas metropolitanas o el uso de la "acción afirmativa". Estos programas y políticas fueron considerados por algunos como medidas activas para garantizar la igualdad de oportunidades en educación y empleo, mientras que otros los interpretaron como una discriminación a la inversa.
Los tribunales sortearon todos esos problemas con fallos que a menudo no eran congruentes. Entre tanto, el continuo avance de los afro-estadounidenses en las filas de la clase media y su silenciosa irrupción en suburbios que habían sido mayoritariamente blancos reflejaron un cambio demográfico profundo.

EL MOVIMIENTO FEMINISTA




El primer documento colectivo del feminismo norteamericano lo constituye al denominada Declaración de Seneca Falls , aprobada el 19 de julio de 1848 en una capilla metodista de esa localidad del estado de Nueva York.

"La historia de la humanidad es la historia de las repetidas vejaciones y usurpaciones por parte del hombre con respecto a la mujer, y cuyo objetivo directo es el establecimiento de una tiranía absoluta sobre ella. Para demostrar esto, someteremos los hechos a un mundo confiado. El hombre nunca le ha permitido que ella disfrute del derecho inalienable del voto. La ha obligado a someterse a unas leyes en cuya elaboración no tiene voz.
Le ha negado derechos que se conceden a los hombres más ignorantes e indignos, tanto indígenas como extranjeros. Habiéndola privado de este primer derecho de todo ciudadano, el del sufragio, dejándola así sin representación en las asambleas legislativas, la ha oprimido desde todos los ángulos.
Si está casada la ha dejado civilmente muerta ante la ley.
La ha despojado de todo derecho de propiedad, incluso sobre el jornal que ella misma gana.
Moralmente la ha convertido en un ser irresponsable, ya que puede cometer toda clase de delitos con impunidad, con tal de que sean cometidos en presencia de su marido".

Declaración de Seneca Falls
(1848

En las décadas de 1950 y 1960 un creciente número de mujeres casadas ingresó a la fuerza de trabajo, pero en 1963 la paga que recibían en promedio era de sólo el 63% de la de los varones. Betty Friedan publicó en ese año The Feminine Mystique (La mística femenina), una explosiva crítica a las pautas de vida de la clase media, con la cual expresó una sensación generalizada de descontento que, según decía, era compartida por muchas mujeres. Al decir que a menudo la mujer no tenía otra salida para su expresión que "encontrar esposo y tener hijos", Friedan alentó a sus lectoras a asumir nuevos papeles y responsabilidades y a descubrir su propia identidad personal y profesional, en lugar de dejar que una sociedad dominada por los hombres la definiera por ellas.
El movimiento feminista de las décadas de 1960 y 1970 se inspiró en el movimiento de los derechos civiles. La mayoría de sus miembros eran de clase media y, por lo tanto, participaban del espíritu de rebeldía que se apoderó de grandes segmentos juveniles de su clase en los años 60.
La legislación de la reforma propició también el cambio. En el debate por el proyecto de ley de derechos civiles de 1964, los opositores esperaban anular toda la cuestión proponiendo una enmienda que prohibiera la discriminación por motivos de género y no sólo de raza. La enmienda fue aprobada primero, y más tarde se aprobó como proyecto de ley, dando a las mujeres un valioso instrumento legal.
En 1966 un grupo de 28 profesionales del sexo femenino, entre ellas Friedan, fundaron la Organización Nacional de la Mujer (NOW por sus siglas en inglés) "a fin de actuar para que la mujer estadounidense participe cabalmente en la corriente principal de la sociedad actual del país". Aun cuando NOW y otras organizaciones feministas similares tienen hoy un gran número de miembros, se puede decir que su influencia fue mayor a principios de la década de 1970, esa época en la que se destacó también la periodista Gloria Steinem y muchas otras mujeres descubrieron la revista Ms.. Su activismo provocó también la formación de grupos antifeministas, a menudo dirigidos por mujeres, la más destacada de las cuales fue la activista política Phyllis Schlafly. Por lo común, esos grupos abogaban por los papeles de género más "tradicionales" y se oponían a la enmienda constitucional propuesta a favor de la "igualdad de derechos".
Aprobada por el Congreso en 1972, parte de esa enmienda sostenía que "la igualdad de derechos ante la ley no será negada o restringida ni por el gobierno federal ni por el de cualquier estado por motivos de sexo". En los años siguientes, 35 de los 38 estados necesarios la ratificaron. Los tribunales procedieron también a ampliar los derechos de la mujer. En el caso Roe v. Wade de 1973, la Corte Suprema reconoció el derecho de la mujer al aborto en los tres primeros meses de embarazo; eso fue interpretado como una victoria importante para el movimiento feminista, pero el caso Roe precipitó también el crecimiento de un movimiento contra el aborto.
Sin embargo el movimiento feminista pareció estancarse entre mediados y fines de los años 70, pues no logró hacerse atractivo más allá de la clase media. Hubo divisiones entre las feministas moderadas y las radicales. Sus adversarios conservadores organizaron una campaña contra la Enmienda de la Igualdad de Derechos y ésta expiró en 1982 sin obtener la aprobación de los 38 estados necesarios para su ratificación.

EL MOVIMIENTO DE LOS LATINOS



Después de la Segunda Guerra Mundial, estadounidenses de origen mexicano y puertorriqueño fueron objeto de discriminación en Estados Unidos. Los nuevos inmigrantes llegados de Cuba, México y América Central, a menudo sin capacitación laboral y sin saber hablar inglés, eran discriminados también. Algunos hispanos trabajaban como peones agrícolas y a veces se les explotaba con crueldad en las faenas de recolección; otros iban a las ciudades y ahí encontraban dificultades, igual que los primeros inmigrantes, en su búsqueda de una vida mejor.
Los chicanos o estadounidenses de origen mexicano se movilizaron en organizaciones como la Asociación Nacional México-Americana, de tintes radicales, pero no asumieron una actitud beligerante antes de la década de 1960. Después de haber esperado que el programa de Lyndon Johnson contra la pobreza ampliara las oportunidades para ellos, se dieron cuenta de que las burocracias no respondían a los grupos menos militantes. El ejemplo del activismo afro-estadounidense, en particular, enseñó a los chicanos la importancia de la política de presión en una sociedad pluralista.
La Ley Nacional de Relaciones Laborales de 1935 excluyó a los trabajadores agrícolas de la garantía que en ella se consagra sobre el derecho de organizarse y negociar colectivamente. Sin embargo César Chávez, fundador de la organización predominantemente hispana de los Trabajadores Agrícolas Unidos, demostró la eficacia de la acción directa para lograr el reconocimiento de su sindicato por los empleadores. Los dueños de viñedos de California accedieron a negociar con el sindicato sólo después que Chávez encabezó un boicot nacional de consumidores.
Los hispanos empezaron a participar también activamente en la política. En 1961 Henry B. González fue elegido representante de Texas en el Congreso. Tres años después Eligio ("Kika") de la Garza, también de Texas, siguió los mismos pasos y Joseph Montoya, de Nuevo México, llegó al Senado. En las décadas de 1970 y 1980, el ritmo de la participación política de los hispanos se hizo más vivo. Varios hispanos prominentes fueron miembros del gabinete de los presidentes Bill Clinton y George W. Bush.

EL MOVIMIENTO DE LOS NORTEAMERICANOS NATIVOS


movimiento Pan Indios-nación nativa norteamericana de Ojibwa

En la década de 1950, los norteamericanos nativos lucharon contra una política del gobierno por la cual se decidió expulsarlos de sus reservaciones y llevarlos a ciudades para que se asimilaran a la corriente principal del país. Con frecuencia, muchas de las personas desarraigadas tuvieron dificultades para adaptarse a la vida urbana. En 1961, cuando esa política fue suspendida, la Comisión de Derechos Civiles de EE.UU. declaró que "la pobreza y las privaciones son comunes" entre los norteamericanos nativos.
Al observar el desarrollo del nacionalismo en el Tercer Mundo y el progreso del movimiento de derechos civiles en las décadas de 1960 y 1970, los norteamericanos nativos adoptaron una actitud más militante para defender sus derechos. Una nueva generación de dirigentes acudió a los tribunales para defender lo que aún les quedaba de sus tierras tribales o para recobrar las que les fueron quitadas en otras épocas, a menudo en forma ilegal. Impugnaron las violaciones a varios tratados en cada uno de los estados y conquistaron la primera de sus muchas victorias en 1967, al obtener el reconocimiento de sus derechos sobre tierras y aguas que por largo tiempo les habían sido negados. El Movimiento Indígena Estadounidense (AIM por sus siglas en inglés), fundado en 1968, ayudó a canalizar fondos del gobierno a organizaciones controladas por norteamericanos nativos y brindó asistencia a los indígenas desamparados en las ciudades.
Las confrontaciones se volvieron más comunes. En 1969 un grupo de 78 norteamericanos nativos desembarcó en la isla Alcatraz, en la bahía de San Francisco, y la tuvo en su poder hasta 1971 cuando fue desalojado por oficiales federales. En 1973 el AIM se apoderó de la aldea de Wounded Knee en Dakota del Sur, que a fines del siglo XIX fue escenario de la masacre de un campamento de indígenas sioux a manos de soldados. Los militantes de ese movimiento quisieron poner de relieve las condiciones de pobreza y alcoholismo que imperaban en la reservación aledaña a la ciudad. El episodio terminó cuando un norteamericano nativo fue muerto y otro resultó herido, después de lo cual el gobierno accedió a reexaminar los derechos concedidos en diversos tratados.
A pesar de todo, el activismo indígena produjo resultados. Otros estadounidenses cobraron mayor conciencia de las necesidades de sus compatriotas nativos. Funcionarios del gobierno respondieron con medidas entre las que figuraron la Ley de Ayuda a la Educación de 1975 y la Ley de Vivienda y Autodeterminación para Estadounidenses Nativos de 1996. En 1992 el primer norteamericano nativo, Ben Nighthorse Campbell, fue elegido para un escaño del Senado por Colorado.

LA CONTRACULTURA



La agitación a favor de la igualdad de oportunidades despertó también otras formas de descontento. Los jóvenes en particular rechazaron las pautas estables de la vida de clase media forjadas por sus padres en los decenios siguientes a la Segunda Guerra Mundial. Algunos optaron por el activismo político radical, pero fue mucho mayor el número de los que adoptaron un nuevo estilo en el modo de vestir y en la conducta sexual.
Los signos visibles de la contracultura permearon varios sectores de la sociedad de Estados Unidos a fines de los años 60 y a principios de los 70. El cabello largo y las barbas se volvieron muy comunes. Los pantalones de mezclilla y las camisetas deportivas reemplazaron a los pantalones anchos, las chaquetas y las corbatas. El consumo de drogas ilegales se incrementó. El rock and roll se impuso, proliferó y dio lugar a muchas variantes musicales. El "rock pesado" se hizo muy popular y las canciones con mensaje político o social, como las del cantante y autor Bob Dylan, se oían por doquier. La contracultura juvenil culminó en agosto de 1969 en Woodstock, un festival musical realizado en el medio rural del estado de Nueva York, que se prolongó tres días y al que asistió casi medio millón de personas. El festival se convirtió en mito gracias al cine y a muchas grabaciones y le dio nombre a toda esa época, conocida como "la generación de Woodstock".
Una manifestación paralela de la nueva sensibilidad de los jóvenes fue el surgimiento de la Nueva Izquierda, un grupo de jóvenes radicales en edad universitaria. Los miembros de ese grupo, que tenían homólogos cercanos en Europa occidental, eran en muchos casos los hijos de la generación anterior de radicales. Sin embargo, ellos rechazaron la retórica al viejo estilo marxista. En su lugar, dijeron que los estudiantes universitarios, como ellos mismos, eran una clase oprimida que podía entender especialmente la lucha de otros grupos oprimidos de la sociedad del país.
Los miembros de la Nueva Izquierda participaron en el movimiento de derechos civiles y en la lucha contra la pobreza. Su mayor éxito — y el tema en que lograron reunir una multitud de seguidores — fue su oposición a la Guerra de Vietnam, un asunto de interés emotivo para sus coetáneos en edad de reclutamiento. A fines de la década de 1970, la Nueva Izquierda Estudiantil ya había desaparecido, pero muchos de sus activistas se abrían paso en el círculo tradicional de la política.

LA DEFENSA DEL MEDIO AMBIENTE


El Movimiento Ecologista tiene tres raíces principales: conservación y regeneración de los recursos naturales, preservación de la vida silvestre y el movimiento para reducir la contaminación y mejorar la vida urbana.

El movimiento ecologista se expresó de forma más apasionada en la cúspide de la era industrial: cerca del tercer cuarto del siglo XX. Los clásicos ecologistas modernos empezaron en ese período con el trabajo de Rachel Carson que proveyó el primer toque de atención sobre la muerte del planeta debido a la actividad humana.

Durante los años 50, 60 y 70, ocurrieron varios eventos que avivaron la conciencia medioambiental del daño al entorno causado por el hombre. En 1954, los 23 miembros de la tripulación del buque pesquero Daigo Fukuryū Maru fueron expuestos a un escape radioactivo de una prueba de bomba de hidrógeno en el atolón Bikini. En 1969 hubo un vertido en una excavación petrolífera en el Canal de Santa Bárbara de California. Otros hechos importantes fueron la protesta de Barry Commoner contra los ensayos nucleares, el libro «Silent Spring» (Primavera Silenciosa) de Rachel Carson así como "The Population Bomb" (La bomba demográfica) de Paul R. Ehrlich. Estos libros aumentaron la inquitud e interés sobre el medio ambiente
La misma energía y la sensibilidad que alimentaron el movimiento de derechos civiles, la contracultura y la Nueva Izquierda alentaron también el movimiento ecologista a mediados de los años 60. Muchos cobraron conciencia de la situación en 1962, a raíz de la publicación del libro de Rachel Carson Silent Spring (Primavera silenciosa), donde se dijo que los plaguicidas químicos, en particular el DDT, provocaban cáncer y otros males. La preocupación del público por el medio ambiente siguió aumentando todo el decenio de 1960 pues mucha gente se percató de la amenaza que implicaba para su propia salud y para la belleza de su entorno la presencia de otros contaminantes, como las emisiones de los vehículos, los desechos industriales y los derrames de petróleo. El 22 de abril de 1970, escuelas y comunidades de todo el país festejaron por primera vez el Día de la Tierra. Por medio de seminarios se ilustró a los estadounidenses sobre los peligros de la contaminación ambiental.
Pocos negaron que la contaminación fuera un problema, pero las soluciones propuestas implicaban gastos e inconvenientes. Muchos pensaron que eso reduciría el crecimiento económico del cual dependía el nivel de vida de muchos estadounidenses. Sin embargo, el Congreso enmendó en 1970 la Ley del Aire Limpio de 1967 para desarrollar normas nacionales uniformes sobre la calidad del aire. También fue aprobada la Ley para el Mejoramiento de la Calidad del Agua, por la cual la responsabilidad de limpiar los derrames de petróleo en el mar se hizo recaer sobre el contaminador. También en 1970, la Agencia de Protección Ambiental quedó constituida como un organismo federal independiente para encabezar la campaña contra los abusos a ese respecto. En los tres decenios siguientes, la APA, reforzada por una legislación que le dio más autoridad, llegó a ser una de las dependencias más activas del gobierno y emitió reglas rigurosas sobre la calidad del aire y el agua.

KENNEDY Y EL RESURGIMIENTO DEL LIBERALISMO DEL GOBIERNO GRANDE



JHON KENNEDY
Ya en 1960, el gobierno se había vuelto una fuerza cada día más poderosa en la vida de la gente. Durante la Gran Depresión de la década de 1930, nuevas agencias del ejecutivo fueron creadas para lidiar con muchos aspectos de la vida del país. En la Segunda Guerra Mundial, el número de civiles empleados por el gobierno federal aumentó de 1 millón a 3,8 millones y luego se mantuvo estable en 2,5 millones en los años 50. Los gastos federales, que se sostuvieron en 3.100 millones de dólares en 1929, se elevaron a 75.000 millones en 1953 y a 150.000 millones en la década de 1960.
La mayoría de los estadounidenses aceptaron que el gobierno ampliara sus funciones, aunque no se ponían de acuerdo en cuanto al límite que esa expansión debía tener. En general, los demócratas querían que el gobierno garantizara el crecimiento y la estabilidad; deseaban que las prestaciones federales se ampliaran a la educación, la salud y el bienestar. Muchos republicanos aceptaban cierto nivel de responsabilidad del gobierno, pero querían limitar los gastos de éste y restablecer en mayor grado la iniciativa individual. La elección presidencial de 1960 reveló una nación dividida casi por igual entre esas dos visiones.
John F. Kennedy, el vencedor demócrata por estrecho margen a la edad de 43 años, fue el hombre más joven que hubiera llegado a la presidencia. Se mostró capaz, coherente y enérgico en una serie de debates por televisión con su opositor Richard Nixon. En su campaña propuso que el país entrara con dinamismo a la nueva década y dijo: "La Nueva Frontera está aquí, ya sea que la busquemos o no". Concluyó su primer discurso como presidente con una elocuente exhortación: "No preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país". En el breve periodo de Kennedy en la presidencia, su combinación especial de simpatía, ingenio y personalidad — mucho más que su agenda legislativa específica — lo ayudó a mantener su popularidad e influyó en las futuras generaciones de políticos.
Kennedy quería ejercer un liderazgo fuerte para llevar beneficios económicos a todos los ciudadanos, pero el precario margen de su victoria impuso límites a su mandato. Aunque el Partido Demócrata controlaba ambas cámaras del Congreso, los demócratas conservadores del Sur se aliaron a menudo con los republicanos en asuntos referentes al alcance de la intervención del gobierno en la economía. Ellos se opusieron a los planes de aumentar la ayuda federal para educación, proveer un seguro de salud para ancianos y crear un nuevo Departamento de Asuntos Urbanos. Así, a pesar de su elevada retórica, las políticas de Kennedy fueron a menudo limitadas y modestas.
Una prioridad consistía en poner fin a la recesión que ya estaba en marcha cuando Kennedy asumió la presidencia y reanudar el crecimiento económico. Pero él perdió la confianza de los líderes empresariales en 1962, cuando logró poner coto a lo que el gobierno veía como un aumento excesivo de precios en la industria del acero. Aunque alcanzó su objetivo inmediato, el presidente se distanció así de una importante fuente de apoyo. Cuando sus asesores económicos lo convencieron de que un considerable recorte de impuestos estimularía la economía, Kennedy respaldó un proyecto de ley a ese respecto. Sin embargo, la oposición conservadora en el Congreso pareció destruir toda esperanza de aprobar un proyecto que, a juicio de la mayoría de los congresistas, habría aumentado el déficit del presupuesto.
En general el expediente legislativo del gobierno de Kennedy fue desalentador. Él mostró simpatía por los líderes de los derechos civiles, pero sólo suscribió las metas de su movimiento cuando las manifestaciones encabezadas por Martin Luther King Jr. lo obligaron a actuar en 1963. Igual que Truman antes que él, no pudo obtener la aprobación del Congreso ni para brindar ayuda federal a la educación pública ni para un programa de atención médica exclusivo para ancianos. Sólo logró un aumento modesto en el salario mínimo. Sin embargo obtuvo fondos para el programa espacial y fundó el Cuerpo de Paz para enviar a los países en desarrollo hombres y mujeres que les ayudaran a satisfacer sus necesidades.
KENNEDY Y LA GUERRA FRÍA
Cuando el presidente Kennedy asumió el cargo se comprometió a mantener con vigor la Guerra Fría, pero también esperaba hallar algún arreglo y no quería comprometer a las fuerzas estadounidenses. En su primer año y medio en el cargo, rechazó la intervención del país tras el fracaso de la invasión a la Bahía de Cochinos dirigida por la CIA en Cuba, cedió de hecho al control comunista la nación de Laos en el sudeste de Asia sin salida al mar y accedió a la construcción del Muro de Berlín. Las decisiones de Kennedy reforzaron la impresión de debilidad que el primer ministro soviético Nikita Khrushchev tuvo de él en su única entrevista personal, una junta cumbre celebrada en Viena en junio de 1961.
En el otoño de 1962, la administración supo que la Unión Soviética estaba emplazando en secreto armas nucleares ofensivas en Cuba. Después de estudiar varias opciones, Kennedy decidió imponer una cuarentena para impedir que los buques soviéticos llevaran más suministros a la isla. Exigió públicamente que Moscú retirara las armas y advirtió que un ataque desde la isla traería represalias contra la URSS. Al cabo de varios días de tensiones en los que el mundo estuvo más cerca que nunca de una guerra nuclear, los soviéticos accedieron a retirar los misiles. Los opositores acusaron a Kennedy de haber corrido el riesgo de un desastre nuclear, siendo que la diplomacia serena podría haber sido eficaz, pero la mayoría de los estadounidenses y gran parte del mundo no comunista aplaudieron su gesto decidido. La crisis de los misiles hizo que él fuera por primera vez el líder reconocido del Occidente democrático.
En retrospectiva, la crisis de los misiles en Cuba marcó un viraje en las relaciones de EE.UU. y la URSS. Ambas partes vieron la necesidad de aliviar las tensiones que podrían haberlos llevado a una confrontación militar directa. Al año siguiente, Estados Unidos, la Unión Soviética y Gran Bretaña firmaron un histórico Tratado para la Proscripción Limitada de Ensayos Nucleares que prohibió las pruebas de esas armas en la atmósfera.
Indochina (Vietnam, Laos, Camboya), que fue posesión de Francia antes de la Segunda Guerra Mundial, era un campo de batalla más en la Guerra Fría. El esfuerzo de Francia por reafirmar su control colonial en la región halló la oposición de Ho Chi Minh, un comunista vietnamita cuyo movimiento Viet Minh emprendió una guerra de guerrillas contra el ejército francés.
Truman y Eisenhower, ansiosos de obtener el apoyo de Francia para su política de contención en Europa, dieron a ese país ayuda económica que liberó recursos para la lucha en Vietnam. Pese a todo, los franceses sufrieron una derrota decisiva en Dien Bien Phu en mayo de 1954. En una conferencia internacional realizada en Ginebra se concedió la independencia a Laos y Camboya. Vietnam fue dividido, quedando en el poder en el norte Ho y en el sur Ngo Dinh Diem, un católico romano anticomunista, en una población mayoritariamente budista. Las elecciones debían realizarse dos años después para unificar al país. Convencido de que la caída de Vietnam podía conducir a la pérdida de Birmania, Tailandia e Indonesia, Eisenhower apoyó a Diem en su negativa de hacer elecciones en 1956 y en efecto estableció a Vietnam del Sur como un estado cliente de Estados Unidos.
Kennedy aumentó la ayuda y envió un pequeño número de asesores militares, pero una nueva guerra de guerrillas continuó entre Norte y Sur. La popularidad de Diem aumentó y la situación militar empeoró. A fines de 1963, Kennedy aprobó en secreto un golpe de estado. Para sorpresa del presidente, Diem y su poderoso cuñado, Ngo Dien Nu, fueron asesinados. La presidencia de Kennedy terminó tres semanas más tarde, en esa coyuntura de incertidumbre.

EL PROGRAMA ESPACIAL

En el segundo periodo de Eisenhower, el espacio exterior llegó a ser otro escenario para la competencia entre Estados Unidos y la Unión Soviética. En 1957, la URSS lanzó el Sputnik, un satélite artificial, con lo cual demostró que podía construir cohetes más potentes que los estadounidenses. Éstos lanzaron su primer satélite, el Explorer I, en 1958. Sin embargo, tres meses después de que Kennedy asumió la presidencia, la URSS colocó al primer hombre en órbita. La respuesta de Kennedy consistió en comprometer a Estados Unidos a llevar a un hombre a la Luna y traerlo de vuelta "antes del fin de la década". Con el Proyecto Mercury en 1962, John Glenn fue el primer astronauta estadounidense que orbitó la Tierra.
Después de la muerte de Kennedy, el presidente Lyndon Johnson apoyó con entusiasmo el programa espacial. A mediados de la década de 1960, científicos estadounidenses desarrollaron la nave espacial Gemini para dos personas. Gemini fue el primero en varios aspectos, entre ellos una misión de ocho días en agosto de 1965 — el vuelo espacial más largo de la época — y el primer reingreso a la atmósfera terrestre controlado automáticamente en noviembre de 1966. En el programa Gemini tuvo lugar también el primer acoplamiento de dos naves tripuladas en vuelo y se hicieron las primeras caminatas de EE.UU. en el espacio.
Con la nave espacial Apolo, para tres tripulantes, se alcanzó la meta de Kennedy y se demostró al mundo que Estados Unidos había superado la capacidad soviética en el espacio. El 20 de julio de 1969, ante cientos de millones de espectadores que lo veían por televisión en todo el mundo, Neil Armstrong fue el primer ser humano que caminó en la superficie de la Luna.
Después hubo otras misiones Apolo, pero muchos estadounidenses empezaron a cuestionar el valor de los vuelos espaciales tripulados. A principios de los años 70, cuando otras prioridades se hicieron más apremiantes, Estados Unidos redujo su programa espacial. Varias misiones Apollo se cancelaron y sólo fue construida una de las dos estaciones Skylab proyectadas.
LA MUERTE DE UN PRESIDENTE
John Kennedy se labró un prestigio mundial por la forma en que manejó la crisis de los misiles en Cuba y ganó también gran popularidad en su país. Muchos pensaron que él ganaría con facilidad la reelección en 1964. Sin embargo fue asesinado el 22 de noviembre de 1963, cuando viajaba en un auto descubierto en una visita a Dallas, Texas. Su muerte, magnificada por la cobertura de televisión, fue un evento traumático igual que el fallecimiento de Roosevelt 18 años antes.

LYNDON JOHNSON Y LA GRAN SOCIEDAD



LYNDON JOHNSON Y LA GRAN SOCIEDAD
Lyndon Johnson, el tejano líder de la mayoría en el Senado antes de ocupar la vicepresidencia junto a Kennedy, fue un político magistral. Se formó en el Congreso, donde adquirió la notable habilidad de lograr que las cosas se realizaran. Él sabía suplicar, halagar o amenazar, según fuera necesario para lograr sus fines. Su idealismo liberal era tal vez más profundo que el de Kennedy. Como presidente, se propuso usar su poder con dinamismo para eliminar la pobreza y hacer que los beneficios de la prosperidad llegaran a todos.
Johnson ocupó la presidencia decidido a asegurar la aprobación de la agenda legislativa de Kennedy. Sus prioridades inmediatas fueron los proyectos de ley de su antecesor para reducir los impuestos y garantizar los derechos civiles. Con sus dotes de convencimiento y apelando al respeto de los legisladores por el presidente asesinado, logró la aprobación de ambos en su primer año en el cargo. Las reducciones tributarias estimularon la economía. La ley de Derechos Civiles de 1964 fue el instrumento legislativo de mayor alcance en ese rubro desde la Reconstrucción.
Johnson se ocupó también de otras cosas. Ya en la primavera de 1964 había empezado a usar el término "Gran Sociedad" para describir su programa socio-económico. Ese verano logró que fuera aprobado un programa de empleos federales para jóvenes de escasos recursos. Ese fue el primer paso de lo que se llamó la "Guerra contra la Pobreza". Obtuvo una aplastante victoria sobre el candidato republicano conservador, Barry Goldwater, en la elección presidencial de noviembre de ese año. Fue significativo que la elección de 1964 diera a los demócratas liberales un firme control del Congreso por primera vez desde 1938. Así lograron la aprobación de algunas leyes frente a la oposición conjunta de los republicanos y los conservadores demócratas del sur.
La Guerra contra la Pobreza llegó a ser el elemento central del programa de la Gran Sociedad de la administración. La Oficina de Oportunidades Económicas, instituida en 1964, impartió capacitación a los pobres y creó varias agencias de acción comunitaria guiada por una ética de "democracia participativa" que aspiraba a dar a los pobres voz en los programas de vivienda, salud y educación.
La atención médica. Bajo el liderazgo de Johnson, el Congreso promulgó el programa de salud Medicare para los ancianos y Medicaid, el programa de asistencia médica para los pobres.Johnson tuvo éxito en el intento de brindar más ayuda federal a la enseñanza elemental y secundaria, que por tradición era una función estatal y local. Por la medida promulgada se aportaron fondos a los estados en proporción a su población infantil perteneciente a familias de bajos ingresos.
Convencidos de que el país se enfrentaba a una "crisis urbana" caracterizada por la decadencia del centro de las ciudades, los arquitectos de la Gran Sociedad idearon una nueva ley de vivienda por la cual se dispuso dar un complemento al ingreso de los pobres y se instituyó el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano.
Otras leyes causaron un impacto en muchos aspectos de la vida estadounidense. Se dio ayuda federal a artistas y académicos para alentar su trabajo. En septiembre de 1966, Johnson promulgó como leyes dos proyectos sobre transporte. El primero de ellos proveyó fondos a los gobiernos estatales y locales para desarrollar programas de seguridad, y el otro estableció normas federales de seguridad sobre automóviles y neumáticos. El segundo programa fue fruto de los esfuerzos del joven luchador social radical Ralph Nader. En su libro Unsafe at Any Speed: The Designed-In Dangers of the American Automobile (Inseguros a cualquier velocidad: los peligros incluidos en el diseño de los autos estadounidenses) de 1965, Nader afirmó que los fabricantes de coches sacrificaban la seguridad en aras de la línea y lanzó la acusación de que los defectos de ingeniería contribuían al alto índice de muertes en las carreteras.
En 1965, el Congreso abolió las cuotas discriminatorias de 1924 en materia de inmigración según el origen nacional. Esto desató una nueva oleada de inmigración que, en gran parte, provino del sur y el este de Asia y de América Latina.
La Gran Sociedad fue la mayor explosión de actividad legislativa desde el Nuevo Trato. Sin embargo desde 1966 el apoyo se empezó a debilitar. Algunos de los programas de Johnson no estuvieron a la altura de las expectativas y muchos no contaron con fondos suficientes. Al parecer, lo único que pasó fue un empeoramiento de la crisis urbana. Sin embargo, ya sea por los gastos de la Gran Sociedad o por el vigoroso resurgimiento económico, la pobreza disminuyó, al menos en forma marginal, en el gobierno de Johnson.